Ética Ambiental
Muchos de los problemas que afectan a la sociedad tienen que ver con el tema de la conducta humana, que pertenece al campo de estudio de la ética. La actividad humana ha traído como consecuencia un cambio radical en el medio ambiente, principalmente en los últimos años. Al grado de poner en peligro la existencia de la vida. Es importante, por lo anterior, que reflexionemos éticamente sobre nuestra conducta, pues tal evaluación puede ser motivadora de cambios en las prácticas individuales y sociales para beneficio del medio ambiente.Por ética ambiental entendemos una rama de la ética que estudia racionalmente los problemas morales relacionados con el medio ambiente; tratando de reflexionar acerca de los valores morales para poder aplicarlos hacia nuestro medio natural y establecer normas en la relación humano-naturaleza.El surgimiento de la ética ambiental lo podemos rastrear a partir del desarrollo tecnológico dado en el siglo XX, que trajo consigo diversas consecuencias que tuvieron fuertes repercusiones en el medio ambiente; fue entonces que pensadores comenzaron a reflexionar acerca de un nuevo tema: la naturaleza. Cada día aparecen más y más problemas que ponen en riesgo la vida en el planeta, he ahí la importancia de la reflexión de la ética ambiental, pues la intervención humana sobre el ambiente es cada vez mayor. La ética ambiental intenta ver en qué medida los problemas ambientales son responsabilidad humana y analizar si nuestra conducta hacia el medio ambiente es correcta o no, para así modificar y aplicar los valores morales. Hay una corriente llamada Antropocentrismo Fuerte que da al ser humano un puesto especial en la naturaleza, dándole más valor que a las demás especies; desde este punto de vista, el ser humano tiene un dominio absoluto. El hombre, como sujeto racional, es consciente de sus acciones; según el antropocentrismo moderado de Hans Jonas, sobre la ética de la responsabilidad, dice que si el ser humano es un ser superior, esto le da una responsabilidad mayor a la de otros seres vivos, pues se ve obligado a mantener las condiciones adecuadas del planeta para no afectar la continuidad de la vida en generaciones posteriores (Jonas, 1979).En cambio, otras corrientes antagónicas al antropocentrismo, como el biocentrismo y la ética de la tierra –también llamada geocentrismo-, nos indican que todo ser viviente tiene igual importancia que otro, por lo que merecen el mismo respeto por parte del ser humano para mantener el equilibrio dentro del planeta.Sea cual sea la corriente que tomemos en cuenta, la acción del hombre tiene un impacto para todos, por lo que la responsabilidad humana está presente, pues sin una actuación responsable se verían afectados nuestros intereses, ya que nosotros dependemos de la naturaleza; es ella quien nos proporciona las materias primas para desarrollar nuestra vida diaria, es nuestra fuente de alimentación y es nuestra casa : sin el cuidado debido de la diversidad animal y vegetal pondríamos en riesgo nuestra supervivencia al no tener alimento suficiente para subsistir, no tendríamos con qué fabricar nuestros muebles, ni podríamos fabricar nuestra ropa; sin una consciencia ecológica somos condenados a muerte.Además, si las condiciones del aire no son las adecuadas, nuestro organismo también tendría inconvenientes generando problemas en nuestra salud. Incluso, llegaría a ser tan fuerte que no sólo nos afectaríamos a nosotros mismos, sino que también se verían dañadas otras generaciones. Aquí es pertinente la máxima de Hans Jonas en la que toda práctica que ponga en riesgo a las generaciones humanas siguientes es una práctica inmoral: “Obra de tal manera que no pongas en peligro las condiciones de la continuidad indefinida de la humanidad en la tierra” (Jonas, 1979). Por lo tanto, estamos obligados, éticamente, a procurar una conducta que respete la integridad y los derechos de las personas actuales y futuras.Apreciando la naturaleza y los recursos que ésta nos brinda, podíamos corresponderle por medio de acciones altamente humanas, es decir, acciones racionales. Con lo anterior estaríamos aplicando la ética para encontrar soluciones y formarnos un hábito, el cual nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida por medio del cuidado del medio ambiente y ayudando a que la naturaleza no se vea comprometida, ni mucho menos la existencia humana.La ética ambiental iniciará cuando el hombre se reconozca como una especie más, formando parte de la naturaleza y asumiendo que sus acciones tienen un efecto sobre sí mismo y sobre otras especies.
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